El nacimiento de un bebé activa una serie de nuevas dinámicas en el entorno familiar y, junto a ello,  una serie de funciones y responsabilidades que, principalmente la mamá, más que por un tema  social sino por un tema neurobiológico, deberá asumir.  

La participación del papá ha ido en aumento y, afortunadamente, hoy en día podemos ver a los  padres cumpliendo un rol activo y vinculado directamente al cuidado de los hijos y su desarrollo.  Aún, cuando en la actualidad, contamos con una serie de recursos que facilitan el trabajo con los hijos, a diferencia de lo que era hace 40 – 30 años atrás, existen condiciones en la salud de la madre  que no se han logrado subsanar, entre ellos, la depresión perinatal. Condición que impacta en su  estado emocional, físico, funcional y relacional.  

La comprensión de la depresión perinatal resulta ser tan importante como intentar identificar las  razones y la solución. Esto nos acerca a esta condición, desde una mirada y participación mucho  más empática y colaborativa, abriendo los caminos hacia la recuperación. Las redes de apoyo  resultan ser un recurso fundamental a la hora de hablar de recuperación, como también lo es la  reorganización de esta nueva etapa de vida.  

La vida cambia después del nacimiento de nuestros hijos/hijas. Pretender mantener las mismas dinámicas implica abrirse al riesgo de sentir frustración y desorganización. Acorde a algunos  estudios, durante los tres primeros meses después del nacimiento de nuestros bebés, es cuando  nos encontramos en mayor riesgo de padecer de depresión. 

A continuación, algunos consejos que facilitan el bienestar en esta nueva etapa de tu vida: 

1. Organiza los tres primeros meses desde el nacimiento, con el fin de facilitar el desarrollo de  las tareas domésticas, tus periodos de descanso durante el día y la noche, las visitas a los  controles médicos, las visitas de los familiares, entre otros.  

2. Organízate para un descanso y alimentación de calidad, incorporando actividades que te relajen y diviertan.  

3. Encuentra puntos de equilibrio con tu pareja, con el fin que ambos logren descansar  adecuadamente. Recordemos que, el padre, desde el rol de proveedor, también requiere  de un descanso y organización adecuada para mantener una buena salud física y  emocional.  

4. Confía en las decisiones e iniciativas del papá, al asumir el rol parental de forma autónoma y activa. Recordemos que ambos se encuentran en un proceso permanente de aprendizaje,  en una nueva experiencia y las iniciativas pueden ser un gran recurso que fortalece el vínculo y la sensación de acompañamiento. Si tienen diferencias en torno a los hábitos y  cuidados básicos, es importante conversar y lograr consensos, a través de los cuales, ambos se sientan validados desde el rol de padres.  

5. Organiza una red de apoyo que facilite tu descanso, recuperación y tiempo de  esparcimiento.  

6. Mantiene un equilibrio adecuado en la toma de decisiones frente a las necesidades de tu  bebé y la nueva experiencia que estás viviendo es de gran importancia. Recordemos que  nuestra red de apoyo, entre ellas, nuestras madres, debieran apoyar nuestras decisiones y no al revés. Podemos recibir consejos, sugerencias, pero empoderarse junto a tu pareja, desde sus roles de padres resulta ser de gran importancia para la salud emocional de ambos  y la calidad de relación de pareja.  

A través de acciones concretas y simples podemos disminuir los riesgos de sufrir depresión pre y  postnatal.

Autora: Psicóloga Marcela Cortez

Este artículo es parte de un proyecto generado por el grupo de estudio e intervención telesalud UC:

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